viernes, 8 de octubre de 2010

cultura

                                                      PETRONIO ALVAREZ    


El músico colombiano Patricio Romano Petronio Álvarez Quintero nació el 1 de octubre de 1914, en la isla de Cascajal, cerca de Buenaventura, puerto del que en vida fue un enamorado y le inspiró su canción más conocida en la actualidad: “Mi Buenaventura”.
Durante su infancia la música se convirtió en su principal medio de expresión, dedicándose a aprender a tocar guitarra antes de cumplir los 20 años de edad. En 1935 creó el conjunto musical “Buenaventura”, y aunque la música del pacífico fue su principal pasión, tuvo que dedicarse a oficios como el de notario y más adelante, como primer maquinista de la locomotora “La Palmera” de los Ferrocarriles Nacionales, hoy conservada como monumento nacional en Cali.
Este interprete de sones, milongas, bambucos y currulaos, murió el 10 de diciembre de 1966 en Cali, a los cincuenta y dos años. En su honor se le dio el nombre al Festival de Música del Pacifico “Petronio Álvarez”, que se celebra anualmente en la ciudad de Cali.
Algunas de sus más reconocidas canciones con ritmo pacífico son: “Adiós a Colombia”, “El Cauca”, “Viendo Correr”, “Bome”, “Adiós al Puerto”, “Roberto Cuero”, “Cali, ciudad sultana”, "Linda porteña" y el currulao “Mi Buenaventura”, que después de la primera grabación con Tito Cortés y Los Trovadores de Barú se popularizó en muchas otras voces y llegó a ser conocido como Himno de Buenaventura.

Encontramos entre otras las siguientes huellas de Africana en el Caribe:

 El Carnaval de Baranquilla:

  El estudio del carnaval contemporáneo en Barranquilla, Santa Marta y Ciénaga, ha permitido encontrar en el ritual una historia de su organización que se remontan hasta los tiempos en que los esclavizados se organizaron en Cabildos.
Las rivalidades tribales africanas que fueron estimuladas por la sociedad esclavista de la colonia se plasmaron en Cartagena con identidades de memoria africana - Carabalí, Mina, Mandinga, Congo, Arará - propiciando una proyección cultural en el Carnaval que se arraigó en Barranquilla: Los Congos, una danza de hombres. La danza ha llegado hasta nuestros días como un ritual de guerreros ataviados con colores fulgurantes enormes bonetes con colas tapizadas de símbolos y el desafío de los sables que alterna con el reto del toque de tambor de cada grupo. Los recuerdos del hábitat de la selva y de las sabanas africanas aunados al ambiente del trópico suramericano se expresan en manadas de máscaras de animales danzantes: Tigres, micos, pájaros, perros, toros, insectos enmarcan a los congos que danzan batallas alegóricas de defensa territorial en sus barrios. Luego se desplazan en representación teatral por las calles céntricas de la ciudad. El carnaval con el paso de los años y las urgencias de afirmación de identidades regionales en el país, se ha convertido, no sólo en un perfil del Caribe colombiano, sino que ha sido adoptado como uno de los símbolos de la nacionalidad cultural colombiana.

musica costeña



 Entre los ritmos musicales denominados costeños están la cumbia, el bullerengue, el chandé, el mapalé, el abozao, la gaita o porro tapao, el vallenato, los cantos de zafra, de vaquería y los cantos de Lumbalú.
La cumbia, una danza de hombres y mujeres, es otro de los símbolos regionales de cultura negra que han sido adoptados como emblemas de nacionalidad; empezó a configurarse en el ámbito de la esclavitud en Cartagena de Indias para las fiestas religiosas españolas de La Candelaria:
"hombres y mujeres en gran ruedo, pareados pero sueltos, sin darse las manos, dando vueltas alrededor de los tambores, las mujeres enfloradas la cabeza con profusión ...Balanceándose en cadencia muy erguidas mientras el hombre ya haciendo piruetas dando brincos, ya luciendo su destreza en la cabriela, todo al compás...
Bailaban a cielo descubierto al son del atronador tambor africano"

(Posado Gutierrez 1929)
Con el correr de los tiempos, la cumbia definió sus perfiles, los músicos se subieron a tocar en tarimas altas alrededor de las cuales negros, mestizos y mulatos disfrutaron las fiestas. Durante muchos años, antes de que las danzas populares fueran integradas al carnaval de Barranquilla, allí los grupos danzantes se reunían en barrios tradicionales como Rebolo a bailar en sitios llamados cumbiambas. Este término produce la voz cumbia y a su vez se relaciona con el vocablo cumbancha cuya raíz kumbaproviene del occidente africano: es gentilicio mandinga, también el país del Congo y su rey se llamó rey de Cumba. Además entre los congos el término, significa gritería, escándalo, regocijo y nkumbi es un tambor.
Se reconoce que la cumbia también tiene influencia de las tradiciones indígenas por el uso de las gaitas y de la española por el atuendo, pero su ritmo dominante es el de los tambores africanos, y la cadencia del cuerpo evoca las danzas sagradas y guerreras de algunas tribus de la madre África.
El Vallenato es una canción con ascendiente y presencia negra. Tiene sus raíces en los cantos de trabajo en las haciendas y también en los grupos de bogas en la colonia. El vallenato canta y narra, es mordaz con humor y gracia, es crítico en la política, la religión y el trabajo, gime con el amor y llora con el desamor. Sus narrativas siguen viajando de pueblo en pueblo y son un registro de leyendas, mitos, e historias en amplias regiones que son ganaderas y están pobladas por descendientes de "cimarrones negros, de negros libres y, desde luego, del resto de gentes que allí confluyeron"
Igual que en el caso de la cumbia, para ser fieles a la investigación, es preciso reconocer la influencia de las coplas españolas en la mayoría de los versos que hoy hacen parte de la música popular en Colombia, no obstante vale recalcar que la esencia narrativa del Vallenato, la expresión gestual de sus interpretes y, por encima de todo, la intención de la canción es la entrega de un mensaje. El cantor arruga el rostro, gesticula, se comunica. El acordeonero es capaz de dejar el instrumento para hablar con las manos. Aquí no se puede menos que evocar la figura del griot de los territorios africanos del occidente, en el antiguo Mali en el siglo XVI vestido con máscaras de pájaros recitaba la historia, la leyenda, la genealogía, la sabiduría de la artesanía y de la religión. Eran una especie de casta de juglares, a la vez poetas y músicos encargados de preservar la tradición.
Entre los instrumentos tradicionales con que se toca el Vallenato está la guacharaca, que es un instrumento de fricción, hecho del tallo de una caña a la que se tallan estrías. Con una costilla de res o con un trinche se raspa la caña. La guacharaca fue el primer instrumento que con voz similar a la de una pava silvestre, que anuncia la lluvia, se unió a los cantos de vaquería de donde saldría el vallenato. El acordeón es un instrumento típico de muchos puertos del mundo, que parece haber llegado a Colombia y al vallenato a finales del siglo XIX. La trilogía básica la completa la caja, de clara estirpe africana, con memoria de tambores, con un parche que inicialmente era de la piel del buche del caimán, y después fue reemplazado por cueros de venado, chivo o carnero
Con el tiempo, al vallenato han ingresado otros instrumentos y de él han surgido otros ritmos que lo han convertido en un pozo de creatividad: Puyas, merengues, sones, paseos o tamboras, forman una intrincada genealgía musical. Esta confluencia ha contribuido a que el vallenato se haya constituido en otro símbolo de la identidad cultural de Colombia. Tiene la inagotable huella del legado africano, no sólo en la conformación socio-histórica del hecho artístico, sino en la misma esencia del fenómeno musical.

Africanías en la obra de Gabriel García Márquez:

 El premio Nóbel de Literatura, que constituye una gloria para Colombia, construye una realidad fantástica ubicada en Macondo; este vocablo, en la lengua bantú,designa al plátano y conlleva significados mágico-religiosos. El autor De Granda afirma que Macondo es un símbolo de "la sociedad abigarrada, multirracial, mulata, que describe García Márquez y que corresponde por entero a la fisonomía de un territorio en el que indios, blancos, y sobre todo africanos, han vivido juntos durante varios siglos" Este territorio es zona de cultivos intensos de plátano y, de acuerdo con García Márquez, el nombre es una memoria de sus años infantiles y jóvenes en las vecindades de Aracataca, donde existía una hacienda con ese nombre
e) El Palenque de San Basilio: En las tierras de plátanos y de ganados, en las cercanías de Cartagena, pervive hasta nuestros días huellas de la presencia africana en la vida cultural y social del Palenque de San Basilio. Dueños de una lengua criolla propia, considerada como una reliquia lingüística en América, tiene vocablos bantúes de las hablas Ki-kongo y kimbundu.

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